Hasta ahora, Greg Pak se ha ganado mi respeto como creador del libro El Increíble Hércules, protagonizado por el maravilloso Amadeus Cho, y como creador de los que pueden ser los dos mejores eventos de Hulk de todos los tiempos: Planet Hulk y World War Hulk. Ha demostrado que puede ser realmente divertido y que puede escribir libros de acción de gran éxito en taquilla.
Ahora, da un giro brusco hacia una historia muy seria y trágica y lo hace completamente bien.
Magneto: Testament es una historia poderosa y bien investigada sobre la infancia de Max Eisenhardt, el niño que se convertiría en Magneto.
Comienza con una escena doméstica, una escena sencilla de una familia en su hogar. La serenidad y la dulzura no duran.
Eisenhardt, un niño judío alemán durante el ascenso de Hitler en la década de 1930, ve a su padre humillado en las calles por haberse acostado con una mujer alemana.
Observamos cómo Alemania evoluciona desde su derrota en los Juegos Olímpicos de 1936 hasta la purga étnica de la Kristallnacht. Luego llevan a Max a los campos, donde matan a su padre.
Pak muestra al lector cómo esta experiencia convenció a Max de que nunca permitiría que algo como esto volviera a suceder, sin importar cuán extremo tuviera que ser para detenerlo.
Magneto nunca usa sus poderes. Este no es enfáticamente un libro de superhéroes. Es una historia humana que le da al personaje principal un nivel de profunda empatía que sólo se ha insinuado en el pasado.